lunes, 26 de octubre de 2009

Espabila que no hay


Me taladran las palabras
los albatros me adentellan,
los destellos me deslumbran
y la lumbre se me apaga.


Tu mirada me convoca,
con mi boca yo me llamo
¡Tanta llama se me prende
sin pensar si se equivoca!


Me entra frío por la escuadra
el calor es de artefacto,
se me funde el plomo si te enciendo
y ya no hay luz en que me esconda.


Grito amor y llueven ranas
digo vuelo y se me asustan.


Soy amor y a quién le importa...
soy canción y baila el agua.







La frase que da título a la entrada, me la gritó por la calle un tipo hace meses a las 7.30 de la mañana. Aparentemente no tenía sentido alguno. Y yo no sé si soy yo que a casi todo se lo encuentro, o por fin lo he entendido..

3 comentarios:

El Náufrago dijo...

Espabila que no hay...que el amor es fugaz y difícil de atrapar y cuando se tiene es necesario saberlo conservar.
Espabila que no hay y si no lo persigues se va.


Un abrazo desde la isla,
El Náufrago...

Laluz dijo...

No, no creo en la persecución al amor. Creo en el encuentro, en la mano tendida, en caminar sus pasos a su ritmo y su medida.

Que todo lo que importa, transcurre lento.

Un abrazo,

Ego dijo...

Creo en la frase, porque sé que es cierto que llueven ranas. Mi abuela, que era sabia, como todas, lo dijo alguna vez. El Chivi aún no lo ha dicho, pero dale tiempo.

También creo en la mano tendida. Y en los gatos, y en todos los caminos.

Un bexo