sábado, 17 de octubre de 2009

Decidiendo





Decido el silencio como antítesis a la voz, al eco que busco lanzando palabras al aire que hace mucho dejaron de tener respuesta y han dejado de estallar cuando caen. Decido el silencio como muestra de la calma de los días, del paso de la pena instalada. De esta extraña felicidad que me invade sin más motivo que renovar mi mirada.

Decido el silencio porque por fin las llamas crepitan en mi salón, porque Cohen trae la paz a la vigilia. Porque por más que busque anochecer en mitad de la hondonada, el alba no llegará más temprano.



Decido el silencio, porque ya sólo la conversación con mis entrañas basta.

3 comentarios:

Beauséant dijo...

a veces eso, el hablar con las entrañas, es bueno, pero corres el riesgo de ser monologo en vez de dialogo..

Laluz dijo...

Cierto, B. Se intentará mantener una conversación bidireccional.

El Náufrago dijo...

Todo silencio lleva un mensaje impreso que puede ser leído por aquellos que versan el lenguaje del silencio, un lenguaje difícil y sutil duro de dominar.
Me uno a tí en el silencio.


Un abrazo desde la isla,
El Náufrago...