martes, 23 de diciembre de 2008

Del cansancio...


Cansada de intentar ser la perfecta mujer, la perfecta amiga, la perfecta trabajadora... Cansada de intentar serlo, y no llegar a serlo nunca.

Cansada de levantarme todos los días e ir a trabajar. De no quedarme dormida. De no llamar diciendo que hoy no es un buen día para la rutina.

Cansada de ser politicamente correcta, de no rebelarme, de venderme a una sociedad que me vende a mi misma.

Cansada de estar cansada, de los que me reprochan soñar tanto, de los que quieren que no me deje llevar por el corazón y le ponga seso a la vida.

Cansada de los que no me devuelven la sonrisa, los que no me saludan en el ascensor. De las miradas inquisitivas, de los juicios, los juzgados y los abogados.

Cansada de bares donde no se puede fumar. Cansada de no poder saltar encima del sillón, gritar por la ventanilla del coche, o sacudirte la vida con un beso.

Cansada de cansarme, de no marcharme a otro lugar. De tener que esperar siempre un poco más. Cansada de quien no ve lo que soy y me mete en el mismo saco que a todos.

Cansada de llamadas pérdidas. Del maldito móvil y su sonido constante que le roba el sentido a la música.

Cansada del sudor excesivo de tantos, de su llanto, de su dolor, de la falsa responsabilidad de unos pocos.

Cansada de los bancos, las sanguijuelas, los ladrones, el consumismo, el mismo consumo.

Cansada de las modas, lo que se lleva, lo que no se lleva, los tipos y los esterotipos.

Cansada de los que no se dejan llevar ni traer, de los que se esconden, los que mienten y los que no se rien de si mismos.

Cansada de los que no dicen lo que sienten, lo que piensan. Los recubiertos como bombones de falsas apariencias.

Cansada de bodas, bautizos y comuniones. De copas a precios de hoteles, de garrafón y de los malos pinchadiscos.

Cansada de tanta realidad y tan poco sueño....

Cansada, exhausta, agotada....

Tan cansada... que mañana mismo cojo una hamaca, la pongo en el salón de casa, y no salgo hasta el año que viene.


Foto: Frozen by Strany

martes, 16 de diciembre de 2008

Mucho tinto y poca tinta



En este tintero, hay de todo menos tinta.

Verdades calladas,
falta de arrojo.
Palabras no dichas
y un corazón medio cojo.

Manos vacías,
gatos sin rabo.
Rastros sin atar
de cuerdas y cabos.

En este tintero, hay de todo menos tinta.

Ojos sin lengua,
alcohol en la sangre.
Un no quiero perderte
y sexo en alambres.

Miradas desnudas,
no puedo olvidarte.
El niño de ojos verdes
que no llega a la cuna.

En este tintero, hay de todo menos tinta.

Campos sembrados,
laberintos de sueños,
sombreros de copa
y el tiempo a tu lado.

Te quiero en Ginebra,
champán a la sombra,
coches sin freno,
caminos de niebla.

En este tintero, hay de todo menos tinta.


Foto: Creatividad by Sadakina2

viernes, 5 de diciembre de 2008

Flores de invierno

Ya no hay flores,
pero yo las llevo en el vestido.

Hace frío,
pero tus ojos negros
dan más calor que cualquier chimenea.

Dentro de la luz,
y fuera de las sombras.
Pájaros en la cabeza.

Las hojas caen,
también el vestido.
Sólo las flores se quedan.

Nieva sobre tu sonrisa
y fuera todo se congela.

Mi piel desnuda sobre las brasas,
nuestros cuerpos y el vino caliente.
El deseo se quema.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Siempre Tina

El pelo cano, tu piel de 30 años,
ojos titilantes y el puño alzado.
Siempre concisa, siempre clara,
el silencio oportuno y la lengua afilada.

Te azotaron vientos y mareas,
tú siempre erguida, siempre en guerra.
Llena de gracia y llena de fuerza.

Libertad, Libertina,
heredé tu gesto, tu cocina,
tu rabia callada y esa batalla a la vida.

Tu voz resuena como un eco,
suave, queda, inmortal en el tiempo.
Acuname en tus brazos como cuando era una niña.

Ahora Tina... ya nadie me llama Rufina.

martes, 25 de noviembre de 2008

Cubierta de barro


Despierto, ando, levanto, me caigo y me espanto. Me río, te abrazo, los pájaros surcan el cielo. Sus alas, su sombra, apenas rozan el suelo.

Me sonrojo, me escondo, me tapo la cara y no lloro.
Te canto, no oyes, cierras los ojos, las puertas a golpes.

El verde, el rojo, avanza, detente, corro y lo salto. Peligro, no pares, llegó el amarillo.

Y cojo una cuerda, lo ato, lo amarro, me cubro de barro. Me seco, lo mato, lo dulce y lo amargo.

El viento y las hojas ya no me mojan. Resbalan, no calan, soy impermeable.

La vida me llora, me cuenta un cuento que ya no me importa. Las flores sin forma, los enanos gigantes, molinos de viento sin proa ni popa.

Y corto mi pelo, lo arraso, soy otra, no tengo miedo, ni sombrero ni bota.

Farolas parlantes me hablan, desdeñan la luz y en la acera un perro me grita que basta.

Paseo, bailo, me siento y te leo. Borracha, drogada de tiempo, araño la mesa, la muerdo, y desciendo.

Bigotes sin gato, marañas de pelo, mi cuerpo, tu cuerpo, esquivando el deseo.

Me paro, relajo, carreras de fondo sin reloj ni agujero.

No llego, no hay tiempo, la bandera ondea en el aire, y en el aroma, tu reflejo.


Foto: Interlude Experimental by BenoitPaille

martes, 6 de mayo de 2008

Cerrado por derribo



Que para no ser heridos levantamos muros.
Que quien siembra muros no recoge nada.
Que casi todos somos albañiles de muros.
Que seria mucho mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y tambien se vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder puede ser tambien avanzar.
Que no por mucho avanzar, se amanece más cerca del sol.

¡Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida!

Fragmento de un poema de M.Benedetti


Foto: By Magdalenawanli

viernes, 18 de abril de 2008

Hijos del viento


No hay posibilidad de movimiento bajo el gris. No hay posibilidad de actuación. Se entumecen los dedos, el cuerpo y las neuronas, y el otoño lo inunda todo a pesar de que sea la primavera la que llegue.

El viento me arrastra y desliza mi sombra más rapido de lo que realmente camina. Hace que vaya caminando a golpes, como si alguien dirigiera mi cuerpo y ya no fuera dueña de mis pasos.

La risa se apodera de mi, descontrolada, loca, borracha de lágrimas que se perdieron y que dejaron atrás un dolor que hoy ya es esperanza. Como el ocaso da lugar a la noche. Como la noche sucumbe a la mañana.

Y ya no soy dueña de nada. Ni de mis pasos, ni de mi risa, ni de mis lágrimas... Y despojada de todo, vacía, ligera como una pluma, dejaré que el viento me lleve donde quiera y me pose de igual modo a su antojo.

Primavera. Es primavera y no otoño.


Foto: The Rain by Blackseed

martes, 15 de abril de 2008



Que hasta la misma vida de los hombres, si bien la miramos desde la primera edad, hasta que blanquean las canas, es batalla...

Por: Miguel Mingotes

lunes, 14 de abril de 2008

¿Qué si estoy loca?? Por supuesto.

locura.
(De loco).
1. f. Privación del juicio o del uso de la razón.
2. f. Acción inconsiderada o gran desacierto.
3. f. Acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa.
4. f. Exaltación del ánimo o de los ánimos, producida por algún afecto u otro incentivo.


- En esta dirección - dijo el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha- vive un Sombrerero. Y en esta dirección - e hizo un gesto con la otra pata- vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.

- Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca - protestó Alicia.
- Oh, eso no lo puedes evitar - repuso el Gato- . Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
- ¿Cómo sabes que yo estoy loca? - preguntó Alicia.
- Tienes que estarlo afirmó el Gato- , o no habrías venido aquí.

Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:
- ¿Y cómo sabes que tú estás loco?
- Para empezar -repuso el Gato- , los perros no están locos. ¿De acuerdo?
- Supongo que sí - concedió Alicia.
- Muy bien. Pues en tal caso - siguió su razonamiento el Gato- , ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.



Texto extraído de Alicia en el País de las Maravillas

Podrán cortar todas las cabezas, pero no podrán detener el pensamiento...

Invisible. Yo quiero ser invisible, como Cheshire, el Gato. En el momento elegido, esfumarme, y desaparecer en la nada dejando tan sólo el recuerdo de mi sonrisa.

Volverme invisible cuando la reina fuera a cortar mi cabeza. No se puede cortar la cabeza de alguien que no la tiene a la vista.

¿La ves? Ya no.
¿Ves mi sonrisa? Ya no.
¿Ves mi corazón? Huyó.