lunes, 29 de junio de 2009

Desprendidos


Siento mil cuerpos que me buscan, que se acoplan al mío como el que busca refugio de la lluvia y se cobija debajo de un árbol que dos veces le moja. Soledades sin peso aparente con plomo atado a los pies, hundidas en el fondo de un océano en el que hace mucho que ya nadie se baña.

He tirado de nuevo la moneda al aire, esperando cara o cruz, colocado o ganador. Y hace demasiado tiempo que nadie apuesta en este juego que se quedó sin dados cuando se fueron sus dedos.

Tú y yo no somos tan diferentes cuando desechamos pieles, cuando el frío de una noche de Enero se hace presente en una tarde de junio, y por más que nos abrigamos no hallamos calor a 33 grados a la sombra. Y vuelvo a casa con un trozo menos, como una tarta de la que se comieron el centro y dejaron a un lado la vela apagada. Sin regalo para este cumpleaños constante, este deseo vivo que muere en cada esquina, esta avidez que nadie apaga cuando sopla.
Entonces muerdo las paredes. Queda el yeso cojo entre mi boca, y no hay muleta donde apoyar este sentimiento vacío que todo lo llena. Me convierto en iceberg y congelo la sonrisa, las suyas, la mía. Añado ginebra al hielo para emborrachar este turismo ambulante por ciudades que no me interesan.

Y me pregunto que será de ti, que será de mi, si no éramos la música que suena cuando aparecen los títulos de crédito y la gente que no sabe esperar se levanta. Uno para el otro, como la cabeza al sombrero, como el ojo a la pupila.
Y ahora, sin tú saberlo, los dos miramos la misma escena de nuevo repetida desde butacas paralelas sin tocarnos. Vuelvo a levantarme antes de tiempo, intentando olvidar que algún día casi me dejé contigo. Esperando que haya de llegar el clavo ardiente que una la tabla a la pared, el espejo al techo. Ese que me haga olvidar que de algún modo, me asemejo a tu tiempo, a ese hueco vacío que fueron tus palabras.

martes, 23 de junio de 2009

Anoche soñé contigo


Me levanté, y como siempre, eché un vistazo a los sueños de la noche. Últimamente son de un estrambótico que me tienen perpleja. Pero es imposible, en el momento este tan mío que tengo, tan delirante, tan irreal, tan cuento que me cuento, soñar cosas normales. Y tampoco quiero. Que para eso ya esta la rutina diaria.

A días me siento en una tinaja, en un barril, y una mano me coge de los pelos y me zambulle hasta el fondo. Me deja dentro por un rato, y cuando cree que ya no puedo respirar, deja que salga a tomar el aire. Otros, hay una sobrecarga eléctrica que hace que salten todos los plomos y mi pequeña ciudad interior se quede a oscuras. Y otros, como hoy, aún dormida por no haber descansado lo suficiente, por haber arrojado mi coche al fondo de una piscina gigante, por haber recogido miles de canicas en una playa hasta que la bolsa improvisada que era mi vestido rompía y ellas se escondían tras los riscos, y él volvía a mí para ayudarme a recoger los pequeños tesoros brillantes que corrían hacia el mar…

Hoy..., sólo puedo pensar que a pesar de todo, del desgaste diario, de los sueños que se quedan en la cama y no levantan conmigo, de los pequeños apagones de mi interior, de los zapatos que me quedan pequeños al querer dar pasos de gigante…

Hoy, como siempre en estos días en que me dejo embargar por la luz y mi interior parece una feria, tengo la certeza que la vida me está enviando algo bueno, algo grande. Que me depara algo tremendamente especial para este verano que comenzó con el día de la Música.

Y aún con los ojos pegados como un sapo, brillan como nunca tras esa cortina. Como esas canicas reflejaban el sol y llenaban la playa de colores y chispas. Como un baño en el mar. Como su sonrisa.


Y algo me dice, me grita, que este estío estará lleno de canción.
De Django Reindhardt.

Que la disfruten tanto como yo.







Canción: I´ll see you in my dreams de Django Reindhardt
Foto: downtherabbithole por forgottenx


viernes, 19 de junio de 2009

Tierra yerma

Desentonaba átona
en la estancia estanca
a la que se abandonaba.

Como mil antagonistas
que huyen de escena.

La mala hierba
que crece en el alma yerma.
Desierta, inerte,
lo que algún día fue
y ya nadie recuerda.

Estadios latentes
de aguas sucias,
intoxicadas,
bocas sin dientes
que dejaron atrás
labios de espuma.

La plata que riela,
Venus sin sueño.
La mala hija que ya nadie alimenta.
Puertas sin timbre ni aldaba.
Ya no hay sol
para noches espesas.

miércoles, 17 de junio de 2009

In memoriam



El epitafio rezaba:

"Aquí yacen los restos de aquellos que siempre fueron puros"


Mentira.

Aún puedo verme en tus ojos.

Sólo una cosa cierta:

Siempre puros.


Foto: Take me home por Theflickerees

jueves, 4 de junio de 2009

Desnuda


Ya no quiero látex
que recoja la lluvia dulce de mi sangre,
ni antifaces que cubran el rastro
que lleva a mis ojos.
Que broten manojos de luces.
Que el negro se tiña de rojo.

Ir desnuda por la cima,
no tapar la piel que me respira.
Dejar el sentimiento limpio,
que destile
y que se curta
de todo aquello que lo azote
y lo perfila.

Descalabrar las vergüenzas,
exfoliar las impurezas.
Gritarle a los miedos
que no siento pereza,
que soy eólica,
que nada poseo
sino molinos de viento
generando energía
y desterrando la bruma.

Que quiero amor en todos lados,
en todas mis esquinas.
Dejar que me atrape y me arrase
como una ola gigante
te voltea en la orilla.
Abrir las puertas,
los recodos,
pisar los charcos
y que se me empape la vida.

Rellenar las mentiras sólo de arcilla,
que suenen a pedazos cuando caigan
y se quieran quedar en cuclillas.
Esparcirlas por los suelos,
no barrer,
que me recuerden que están en mis días.

Cantarme verdades como puños,
como espejos,
me da igual si cóncavos
o convexos.
Que yo quiero sueños,
despiertos,
risueños,
no palabrerías.

Volar con los pájaros
y desde arriba
arrojar lo impuesto,
lo que nunca vino conmigo en mi firma.
Volverme tormenta, vendaval,
convertirme en ciclón.
Parar de pensar
y actuar sólo
como el mejor intérprete de la acción.

Omitir mi ego, asesinar la razón.
Convertir mi cuerpo en un gran obrador.
Hornear latidos calientes
que templen el corazón.

Regalar ilusiones sin lazos,
errantes, viajeras.
Recalar en tu risa,
y descansar en la mía.
Bailar en verbena,
volver a ser niña.

Pintar la vida de naranja,
llenar los bolsillos de irrealidad,
y contigo,
todas las tardes
desnudos los dos,
salir a pasear.

Foto: By Blue_a