lunes, 5 de octubre de 2009

Déjate inundar




"A ti, que inundas este ansia de navegar..."



Que tiemblen las leyendas del mañana o deja que se estrelle este deseo hondo bajo mis pies.

Si se seca este torrente de agua clara y ya no hay mapas que dibujen las veredas de árboles absortos y palabras nunca huecas. Ser silueta en la ventana si la vida quiere convertirse en un río sin caudal y ya no puedo bailar sobre la ola que es mañana entre mis dedos. Si el sol que alumbra en lo alto deja de ser astro para volverse simple vela, si el dolor se reduce a mera desdicha y el milagro en alegría.

Deja que me abrace a los pasos, que se alargue la mano que ha de llevarme hasta tu puerta. Que la voz se aúpe sobre el mar salvaje de tus ojos y el silencio corra presto a esconderse tras la mesa.
Deja que el sueño se haga vida, compañero fiel de tus días y tus noches, y destierra el miedo de filos angulosos y hoja estrecha.

Deja de vivir como si cada día no fuera un nuevo tesoro, como si pudiéramos ahorrarnos vivir sobre la cresta, como si cada otoño no pudiera ser primavera.

P.S.
Ayer se fue Mercedes Sosa.




 Traigo el alma desnuda, el corazón en las manos.
Debiera bastar.


Foto extraída de Google



2 comentarios:

Beauséant dijo...

cuesta creerlo, pero es verdad.. cada día es un tesoro extraño e irrepetible...

El Náufrago dijo...

Por suerte hay personas que nunca mueren porque su recuerdo reta al tiempo y al olvido.
No la olvidemos para que siempre siga viva.


Un abrazo desde la isla,
El Náufrago...