viernes, 18 de abril de 2008

Hijos del viento


No hay posibilidad de movimiento bajo el gris. No hay posibilidad de actuación. Se entumecen los dedos, el cuerpo y las neuronas, y el otoño lo inunda todo a pesar de que sea la primavera la que llegue.

El viento me arrastra y desliza mi sombra más rapido de lo que realmente camina. Hace que vaya caminando a golpes, como si alguien dirigiera mi cuerpo y ya no fuera dueña de mis pasos.

La risa se apodera de mi, descontrolada, loca, borracha de lágrimas que se perdieron y que dejaron atrás un dolor que hoy ya es esperanza. Como el ocaso da lugar a la noche. Como la noche sucumbe a la mañana.

Y ya no soy dueña de nada. Ni de mis pasos, ni de mi risa, ni de mis lágrimas... Y despojada de todo, vacía, ligera como una pluma, dejaré que el viento me lleve donde quiera y me pose de igual modo a su antojo.

Primavera. Es primavera y no otoño.


Foto: The Rain by Blackseed

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