Ya no hay flores,
pero yo las llevo en el vestido.
Hace frío,
pero tus ojos negros
dan más calor que cualquier chimenea.
Dentro de la luz,
y fuera de las sombras.
Pájaros en la cabeza.
Las hojas caen,
también el vestido.
Sólo las flores se quedan.
Nieva sobre tu sonrisa
y fuera todo se congela.
Mi piel desnuda sobre las brasas,
nuestros cuerpos y el vino caliente.
El deseo se quema.
viernes, 5 de diciembre de 2008
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