martes, 29 de diciembre de 2009

De vez en cuando la vida...

La vida ultimamente anda haciéndome regalos.
Y yo me pregunto si es que me los merezco, o aún he de ganármelos.

Sea como sea, gracias.

jueves, 24 de diciembre de 2009

I want to believe

Quiero creer, como creo, que todo es magia, y fe, y química con física que no matemática, aunque te sumo y sumo, y suman siete.

Quiero creer, a ciegas, con todas las certezas, con los ojos bien abiertos, sin pudor y sin miedo, que eres la primavera en mitad del invierno.

Quiero creer que la lluvia moja pero no cala. Que harás agujeros si es que la vida quiere llevar paraguas.

Quiero creer y creo.

Por eso canto bajo la lluvia.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Por el monte las sardinas


Ceno un arroz de mentira que hace "de cinco a siete minutos" era congelado, y  que ahora aparentemente y a simple vista parece que lo hubiera cocinado mi abuela, aunque no hay cosa, lamentablemente, tan imposible como esa y el sabor desde luego no le llegue ni a la suela. Cojo el teléfono sin ganas, esbozando una sonrisa telefónica, esa que me hicieron aprender en  mis tiempos lejanos  como autómata, y también es de mentira. La sonrisa, las ganas, el decir que va bien cuando sientes que sería mejor no haber atendido la llamada, no haber levantado hoy de la cama y dejar que este frío pareciera falso completamente arropada.


Me llega un mensaje que reza un abrazo, que ojalá fuera cierto y llegara, y cerrara sus brazos sobre mi y no soltara durante un rato. Que ando falta hoy de verdades, de conversación frente a un café desgranando esta maraña. Que no sé qué coño pasó con mi energía recién cumplida, se mezcló con la bruma y la muy perra desapareció como si hubiera sido cualquier cosa menos lo que fue aquella mañana, y dejó paso a toda esta tormenta si es que se le puede llamar así, porque ni siquiera nevar  lo hace de veras.


Y entre tanto llegan algunos rayos de sol, se cuelan por mi ventana, me hacen abrir los ojos, iluminar la mirada, aunque de tanta oscuridad yacente hace que sin querer los cierre un poco, que hace mucho tiempo que la luz no me inunda y de tanto abrirlos sin aparente sentido todo este tiempo, note que me estaba quedando un poco ciega. Y no bonita no, me digo, te dejas de gilipolleces y te pones las gafas. Te las abrochas, te las grapas, y si nieva nieva, y si truena truena, pero tú sin vista no te quedas, hay días así, así que venga anda, espabila.


Me cuento otra mentira que soporte el arroz, el abrazo que no llega, la bruma, el frío, la puta niebla de la vida, la falta de mi abuela, y este mal hablar cuando me pongo bruta.
Limpio las gafas, las saco brillo, pongo la música bien alta para inundarme de melodía, de soles en mitad de la noche,  y algunas verdades empiezan a darse cita en mi salón mientras por el mar corren las liebres, y bailan  esta canción emparejadas, mentiras, mis ojos, verdades y sardinas.


domingo, 13 de diciembre de 2009

El combate por la luz


De tanto ver la luz hemos perdido
la recta proporción de ese milagro,
que otorga a la materia su volumen,
contorno fiel al mundo que queremos
y límite a los puntos cardinales.
A fuerza de costumbre, hemos dado en creer
que es un merecimiento, cada día,
que el día se levante en claridad
y que se ofrezca límpido a los ojos,
para que la mirada le entregue un orden propio,
distinto a los demás, y lo convierta
en nuestra inadvertida obra de arte.
Hay una ingratitud consustancial
al hecho de estar vivos, un intrínseco
poder de desmemoria, y nos impiden
brindar a cada instante el homenaje
que cada instante de verdad merece,
por su absoluta magia de estar siendo,
en vez de no haber sido en absoluto.
Con cada amanecer dubitativo,
con cada tumultuoso amanecer,
la luz arrasa el reino de la noche
y emprende su combate. En el confuso
magma de oscuridad, con cada aurora
triunfa la exactitud de cuanto existe
sobre la vocación de incertidumbre
que tienta con su nada a lo real.
En toda madrugada se renueva
un conjuro de origen, esa fórmula
que impuso el movimiento al primer día.
Somos testigos, en el alba pura,
del trono en que la luz alza su reino
y lo concede intacto a cualquier súbdito.
Conviene contemplar la luz con más paciencia,
brindarle una atención encandilada,
el sumiso homenaje con que un bárbaro
descubre reverente en su aventura
la tierra que jamás ha visto nadie.

Carlos Marzal

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Hastío





Entre tanto desgaste,
agotaste hasta las ganas
de dedicarte
siquiera,
algo más
que estas míseras líneas.


P.S.

Después de escribir esto encontré esta foto. Y en una mirada, descubrí algo que le va perfecto.

"Con un final sobraba, imbécil".


Foto: Líneas por Glasses12

viernes, 4 de diciembre de 2009

I get around

Hoy cambio de década. Y estoy pletórica.
Algo me dice que va a ser grande.

Y sólo tengo ganas de escuchar esta canción, hacer volar los papeles que se acumulan en mi mesa, coger el coche, bajar las ventanillas, y bailar, bailar.. y bailar.

martes, 1 de diciembre de 2009

Quítate la ropa

y a lo mejor así,
desnudos por un rato,
se cae la piel tras que te escondes.