jueves, 25 de febrero de 2010

Calamitoso corazón

"Yo no le temo a los rayos.
Yo no le temo a los rayos
porque tienen luz y brillo,
lo mismo que mi caballo."

El rayo - Pony Bravo


El corazón perplejo

Desventurado corazón perplejo,
inconsecuente corazón,
                                  no dudes.
No tiembles nunca más por lo que sabes,
no temas nunca más por lo que has visto.
Calamitoso corazón,
                              alienta.

Aprende en este ahora
el pálpito que vuelve con lo eterno,
para latir conforme en valentía.
Los números del mundo están cifrados
en la clave de un sol tan rutilante
que te ciega los ojos si calculas.
Ciégate en esperanza,
                                errátil corazón,
suma los números.
Un orden en su imán te está esperando.

Desde el final del tiempo se levanta
un ácido perfume de hojas muertas.
Respíralo y respira su secreto.
Abre de par en par tu incertidumbre.
No permitas
que encuentre domicilio la tibieza,
ni que este inescrutable amor oscuro
cometa el gran pecado de estar triste.

Acógete a ti mismo en tus entrañas
con tu abrazo más fuerte,
tu mejor padre en ti, tu mejor hijo,
gobierna tu ocasión de madurez.

Insiste una vez más,
aspira en estas rosas
su pútrido fermento enamorado.
En este desvarío de tu voz
se desnuda el enigma, transparece
la recompensa intacta de estar siendo.

Aquí estamos tú y yo,
altivo corazón,
                     en desbandada.
A fuerza de caer, desvanecidos.
Y a fuerza de cantar,
                              enajenados.


Carlos Marzal
"Metales Pesados"

martes, 23 de febrero de 2010

De películas...

Cuando le dan demasiado bombo a una película no suelo verla hasta pasado bastante tiempo. No quiero que me influya la crítica e ir con grandes expectativas al cine, por que lo más seguro es que entonces, acabe decepcionándome y esperando mucho más de lo que al final vi.

El cine es como la vida misma. Espero mucho de la gente, soy tremendamente empática, condescendiente, y al final, mucha gente acaba por ser una película de tres al cuarto cuando yo adivinaba una obra maestra.

Yo siempre tiendo una mano, la retiro si es preciso, me ofrezco, estoy ahí aunque las cosas cambien de plano, de pleno. Creo que todo se basa simplemente en la sinceridad, en la comunicación, en la escucha.
Y me revienta la gente que habla, se comporta, actúa y espera ciertas actitudes como si hubieran sido antes un libro abierto.

A partir de ahora, la condescendencia, y todo lo bueno, me lo guardo para los míos. Para los que lo ganaron. Para los que me cuidaron. Para los que sí son grandes películas.

Así no saldré más del cine con la sensación de haber pagado por ver algo que no lo merecía.

jueves, 18 de febrero de 2010

El deshielo

 


Mataré monstruos por ti.
Siempre.


Porque al final, lo sólido es lo importante.




martes, 9 de febrero de 2010

Un martes cualquiera


Que yo te quiero verde (¡ay! ¡ay!)


Será algún día de estos en los que se vaya el frío

y entonces veré doblarse la realidad como el papel de seda;

hasta este plano se dejará caer un corazón envuelto en llamas

dispuesto a perseguir quimeras con las alas que dota el entusiasmo.

Y en ese vuelo perderá un poco el yo por ser más ancho.

Y en ese viaje quebrará las normas para no vivir ya más entre paredes.



Perderá el miedo. Comprenderá que no importa no saber

hacia dónde uno se dirige, que no importa

pues siempre se llega a alguna parte.

Que no hay que ir, sino que hay que irse.

Adiós rencor. Adiós tristeza.



Un día de estos.

Un martes cualquiera por la tarde.

Un jueves a las diez de la mañana.


De "Uno que mira"

Convencida estoy. Quiero convencerme. Y le robo las palabras a Uno, como una plegaria, una oración. Que tarde o temprano, ojalá más temprano que tarde, llegará el entusiasmo esta vez para quedarse. Porque como no lo haga, me va a estallar tanto amor aquí dentro que lo voy a poner todo perdido.
Que tengo un exceso de stock de besos, abrazos, miradas y honduras, que ya puedo ir dándole salida. Dos años de acumule es demasiado. Que no me cabe más oiga. No me cabe y no sé cómo colocarlo. Y esta vez no pienso regalarlo sin más ni para hacer hueco.

Y gracias Uno, por mirar como miras. Tanta esperanza me inunda de saber que hay ojos como los tuyos, que no puedo  más que sonreir y seguir mirando. Aunque a veces necesite gafas. Y un mechero.



lunes, 8 de febrero de 2010

Waiting for the sun




La vida anda haciéndome luz de gas. 

Y sí, yo lo que quiero es luz. Pero de fuego, de cerilla, de sonrisa, luz de sol, luz de la de verdad. 

No luz de gas. 

Y dame un beso hoy aunque sea en la sombra anda, que me muero de ganas de tenerte entre mis brazos y arder.


miércoles, 3 de febrero de 2010

Sólo soy una payasa

Yo no soy una chica de circo. No sé desaparecer.

Aunque a veces quiera.

martes, 2 de febrero de 2010

Bebe vida

Vive la vida, exprímela, sácale el jugo, déjala seca.

Bébetela, sórbela a tragos lentos, largos, saboréale cada sabor, muerde sus esquinas, quítale los bordes, reserva el centro para lo realmente importante.

Róbale, como un ladrón de guante blanco. Déjala desnuda, hazla gritar, desfallecer, como si fueras el mejor orgasmo de sus días.

Vive, como si no tuvieras otra tarea en la vida que ser feliz,

porque es en ello en lo que se nos va la vida.

lunes, 1 de febrero de 2010

Esta si es mi guerra

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y de las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
                y también de la alegría.


Mario Benedetti