viernes, 18 de abril de 2008

Hijos del viento


No hay posibilidad de movimiento bajo el gris. No hay posibilidad de actuación. Se entumecen los dedos, el cuerpo y las neuronas, y el otoño lo inunda todo a pesar de que sea la primavera la que llegue.

El viento me arrastra y desliza mi sombra más rapido de lo que realmente camina. Hace que vaya caminando a golpes, como si alguien dirigiera mi cuerpo y ya no fuera dueña de mis pasos.

La risa se apodera de mi, descontrolada, loca, borracha de lágrimas que se perdieron y que dejaron atrás un dolor que hoy ya es esperanza. Como el ocaso da lugar a la noche. Como la noche sucumbe a la mañana.

Y ya no soy dueña de nada. Ni de mis pasos, ni de mi risa, ni de mis lágrimas... Y despojada de todo, vacía, ligera como una pluma, dejaré que el viento me lleve donde quiera y me pose de igual modo a su antojo.

Primavera. Es primavera y no otoño.


Foto: The Rain by Blackseed

martes, 15 de abril de 2008



Que hasta la misma vida de los hombres, si bien la miramos desde la primera edad, hasta que blanquean las canas, es batalla...

Por: Miguel Mingotes

lunes, 14 de abril de 2008

¿Qué si estoy loca?? Por supuesto.

locura.
(De loco).
1. f. Privación del juicio o del uso de la razón.
2. f. Acción inconsiderada o gran desacierto.
3. f. Acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa.
4. f. Exaltación del ánimo o de los ánimos, producida por algún afecto u otro incentivo.


- En esta dirección - dijo el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha- vive un Sombrerero. Y en esta dirección - e hizo un gesto con la otra pata- vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.

- Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca - protestó Alicia.
- Oh, eso no lo puedes evitar - repuso el Gato- . Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
- ¿Cómo sabes que yo estoy loca? - preguntó Alicia.
- Tienes que estarlo afirmó el Gato- , o no habrías venido aquí.

Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:
- ¿Y cómo sabes que tú estás loco?
- Para empezar -repuso el Gato- , los perros no están locos. ¿De acuerdo?
- Supongo que sí - concedió Alicia.
- Muy bien. Pues en tal caso - siguió su razonamiento el Gato- , ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.



Texto extraído de Alicia en el País de las Maravillas

Podrán cortar todas las cabezas, pero no podrán detener el pensamiento...

Invisible. Yo quiero ser invisible, como Cheshire, el Gato. En el momento elegido, esfumarme, y desaparecer en la nada dejando tan sólo el recuerdo de mi sonrisa.

Volverme invisible cuando la reina fuera a cortar mi cabeza. No se puede cortar la cabeza de alguien que no la tiene a la vista.

¿La ves? Ya no.
¿Ves mi sonrisa? Ya no.
¿Ves mi corazón? Huyó.